viernes, 29 de mayo de 2015

El ciervo escondido

El ciervo escondido

Un leñador de Cheng que se hallaba solo en el campo se encontró con un ciervo y, asustado, lo mató. Para evitar que otros lo descubrieran, lo enterró en el bosque y lo tapó con hojas y ramas. Poco después olvidó el sitio donde lo había escondido y creyó que todo había ocurrido en un sueño. Lo contó, como si fuera un sueño, a toda la gente. Entre los oyentes hubo uno que fue a buscar el ciervo escondido y lo encontró. Lo llevó a su casa y le dijo a su mujer:
-Un leñador soñó que había matado un ciervo y olvidó dónde lo había escondido y ahora yo lo he encontrado. Ese sí que es un leñador.
-habrás soñado que viste a ese leñador matando un ciervo.
¿Realmente crees que hubo un leñador? ¿Cómo crees que podría olvidarse que ha matado un ciervo? Pero como aquí está el ciervo, tu sueño debe ser verdadero – dijo aquella.
-Aun suponiendo que encontré al ciervo por un sueño – contestó el marido-, ¿a qué preocuparse averiguando cuál de los dos soñó?
Aquella noche el leñador volvió a su casa, pensando todavía en el ciervo. Pero, esa noche tuvo realmente un sueño en el cual vio cuando sucedieron los hechos, el lugar donde había ocultado al ciervo y quién lo había encontrado. Aún no había amanecido cuando fue a casa del hombre y encontró al ciervo. Ambos discutieron y fueron hasta el juez, para que resolviera el asunto.
El juez le dijo al leñador:
-Mataste realmente  un ciervo y creíste que era un sueño. Después, soñaste y creíste que era verdad. Este hombre encontró al ciervo y ahora te lo disputa, pero su mujer piensa que soñó que había encontrado un ciervo. Pero como está aquí el ciervo, lo mejor es que os lo repartáis.
El caso llegó a oídos del rey de Cheng, quien, tras meditarlo un rato, dijo:

-Solo una duda me asalta: ¿y ese juez no estará soñando que reparte un ciervo?

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